TSUNAMI DE NUBES.


Este tipo de fenómenos se producen cuando un gran cantidad de humedad y aire caliente del mar es empujado por el viento hacia zonas escarpadas, zonas que presentan un obstáculo (como en el caso de los edificios) y crean estas maravillosas e inquietantes imágenes. 


Cuando este aire caliente, cargado de humedad tropieza con los edificios, este aire debe elevarse, condensandose en pequeñas gotas, de hecho, en ocasiones, hasta hay un poco de lluvia al otro lado del edificio. En un lado del edificio hay sol y en otro llueve.



Realmente, este fenómeno no es diferente de la brisa marina, cualquiera que viva cerca de la costa lo habrá notado. La diferencia es la intensidad del fenómeno. La diferencia de temperatura o de presión en el frente nuboso es tan grande que en ocasiones son seguidas de tormentas eléctricas. De hecho, también se conoce con el nombre de tsunami de nubes aunque no exista un edificio o un obstáculo que lo genere, cuando simplemente aparecen una cantidad de nubes a lo largo del horizonte y poco a poco va cubriendo todo, recordando a una gran ola.




EL VOLCÁN DE LAVA AZUL.



Al no ser químico, me resulta difícil explicar este tipo de fenómenos, así que no voy ni a intentarlo. Pero repitiendo palabras de expertos, el color azul de esta lava es azul porque esta contiene mayor concentración de azufre que otras lavas de otros volcanes. El color no es rojizo, amarillo, como hemos visto miles de veces en diferentes imágenes, sino azulado y violeta. Y este efecto curioso se da únicamente en un volcán en concreto, el Kawah Ijen, que es uno de los estratovolcanes que pueblan la meseta de Ijen, en Indonesia.

Existen varias fotografías e incluso un documental sobre el trabajo del fotógrafo Olivier Grunewald, el autor de las mismas fotos. Abajo las pongo y enlazo con la web del autor, donde no solo describe la majestuosidad del paisaje, sino también la situación precaria de los recolectores de azufre.